Vivir de manera consciente puede resultar complicado cuando lo que tenemos que enfrentar tiene que ver con nosotros. Afrontar el compendio del que somos partícipes sin engañarnos, pone en juego el desafío de la autoaceptación. No es tan fácil quitarse la ropa cuando el espectador que observa somos nosotros mismos.
Aceptarnos implica desvertirnos de todo juicio para tratarnos con cariño, abrazar nuestras partes rotas y reconocer nuestro valor. Significa desapegarnos de las exigencias, ideales, críticas y perfección para amarnos tal y como somos.
Albert Ellis, psicólogo de la Terapia racional emotiva (TRE) definía la autoaceptación así: “Autoaceptación quiere decir que la persona se acepta a sí misma plenamente y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta inteligente, correcta o competentemente, y tanto si los demás le conceden como si no su aprobación, su respeto y su amor“.
Así, autoaceptarse implica encontrar la paz interior y librarse de las barreras psicológicas y sociales que nos impiden hacerlo. Tales como el rechazo por nuestras características físicas o rasgos de personalidad. Somos mucho más que todo eso, aunque nos cueste ser conscientes de ello.
Ahora bien, aceptarnos no implica aferrarnos y no cambiar, evolucionar o mejorar, todo lo contrario. Como dijo el gran psicólogo suizo Carl Gustav Jung lo que aceptamos nos transforma, siendo la autoaceptación por lo tanto el paso previo para el cambio. Porque si aceptamos lo que somos y lo que sentimos en cualquier momento de nuestra existencia, nos permitimos ser conscientes de nuestras elecciones y acciones, potenciando nuestro desarrollo.
Fuente: https://www.psicoactiva.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario